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Creative Ambush, la emboscada creativa de Matteo di Pasquale

“Si queremos ser creativos, debemos ser libres”
Matteo di Pasquale

Amo los libros de creatividad. Sigo insistiendo que el mejor libro que he leído jamás es “Creative Act” de Rick Rubin. Y desde ese escalón todo lo demás me parece insípido, inconsistente, incompleto. Cuando tomé este libro titulado “Creative Ambush” de Matteo di Pasquale, pensé que haría la diferencia ya que sus redes sociales son visualmente geniales y la forma en como lo lanzó capturó mi atención…. pero no es así. No es un buen libro, sin embargo ya lo leí completo y le destiné muchas horas tratando de abrazar la esencia, así te traigo los aprendizajes que tuve al experimentarlo.

Creative Ambush tiene el objetivo de ser una guía de creatividad diseñada para ayudarnos a detonar nuestro potencial y que con él, podamos desarrollar mejores ideas y comunicarlas. También te promete que será un viaje que te revolucionará, te desafiará y te permitirá experimentar la emoción de una vida creativa. Ya seas profesional, escritor, emprendedor o simplemente un espíritu creativo, este es el libro para ti. 

Debo de ser claro. Si es el primer libro de creatividad que lees, claro que sientes que el libro podría cumplir sus promesas. Pero si comparas el trabajo logrado por autores como Austin Kleon o Julia Cameron; este Creative Ambush no logra ser memorable. Sin embargo no paré mi lectura. Exploré el libro como si fuera la primera vez y traigo las ideas que más resonaron conmigo, desde la “libertad” que Matteo promueve.

Me gusta la visión de Matteo di Pasquale, al mostrar que la creatividad viven en una dimensión a la que puedes acceder, una en donde la ruptura de patrones, la búsqueda de nuevas soluciones, la intuición y los milagros, ocurren y viven. Contrario a un gimnasio en donde ejercitas tu cuerpo y los músculos, este espacio ejercita las conexiones neuronales y los modelos de pensamiento que nos permiten acceder a esa “dimensión”.

Matteo menciona que no hay que hacer pucheros ni enfurruñarse; la creatividad no es un derecho que se obtiene a base de patalear. Depende de nosotros “decidir”. Tenemos que ser nosotros quienes queremos “ser creativos».

Afirma que el Design Thinking no te convierte en un diseñador experto, y lo mismo ocurre con el Design Sprint, el Business Model Canvas, el Lean Canvas, etc. Son formas simplificadas de llegar del punto A al punto B, que nos permiten encontrar el camino más rápido, quizás con menos giros; sin embargo, no nos dan el coche, la gasolina ni, sobre todo, las ganas de viajar. Esas son cosas que debemos “llevar nosotros”.

Matteo afirma que no tenemos que pedirle permiso a nadie. Tenemos que dárnoslo nosotros mismos, y ahí reside la verdadera rebeldía, en el permiso de existir como somos: raros, extraños, o incluso lo contrario, ordinarios, intolerantes, acordes con los tiempos.

Una práctica que estoy totalmente de acuerdo con él es de que necesitamos empezar por definir nuestros filtros. ¿Qué nos gusta? ¿Por qué? ¿Qué es importante para nosotros? Con ese filtro refinado es entonces que podremos recuperar nuestra libertad. Retomaremos nuestra atención y con ello, comenzaremos a formarnos nuestras propias opiniones, de encontrar lo que nos funciona. Aun a riesgo de parecer arrogantes y pensar o decir disparates. Matteo nos invita a tener el coraje de tener una opinión y expresarla.

De las cosas que estuve absolutamente conectado con el libro de Matteo y que me parece valiente proponerlo en el libro, es que la creatividad la considera “magia” y vive en una especie de Wonderland creativo. En ese Wonderland todos somos magos que tenemos en nuestras manos el poder de las infinitas posibilidades aún no realizadas. Esto es creatividad. Podemos sentir algo nuevo y luego verlo, pensar en ello, crearlo. Podemos construirlo, escribirlo, tocarlo, cantarlo. Tenemos este increíble poder que nunca debemos subestimar.

Al ser la creatividad pura magia una idea que desciende desde arriba, proveniente de quién sabe dónde, nos despierta o nos sorprende mientras caminamos por la calle. Matteo se refiere a la inspiración y la intuición, y al impulso de perseguirlas cuando nos sugieren algo. Aquí es donde entran las “herramientas creativas”. El problema radica en la incomprensión de que las herramientas convertirán a las personas en creativas. Simplemente brindan ayuda para canalizar mejor un determinado impulso. Todos esos marcos y métodos son simplemente conocimientos complejos sintetizados y ofrecidos para simplificar las acciones. Para Mateo solo existe una herramienta: el verdaderamente sentir que eres creativo.

¿Pero de dónde vienen las ideas? Ya sea que la entendamos como una descarga eléctrica entre neuronas o la voz de Dios o un demonio susurrándonos al oído, la única certeza es que no podemos forzar este proceso. La iluminación llega cuando menos la esperamos, mientras estamos en la ducha o volviendo a casa del trabajo o de la nada sin siquiera haber empezado ni mencionado la lluvia de ideas.

Para poder tener una idea necesitamos llenar el vacío para que llegue la iluminación. Tener tantas experiencias como sea posible, cuestionar todo lo que nos digan, incluso todo lo que propone este y otros libros. La creatividad no es un proceso perfecto. Todas las personas creativas tienen dificultades, en cualquier nivel. Cuanto más se autocritican, más exigentes son consigo mismas. No se limitan a publicar lo primero que les viene a la mente, sino que trabajan en ello una y otra vez, teniendo siempre presente que el resultado no es necesariamente bueno. Pero es alegría, furia heroica, locura, asombro.

Estoy de acuerdo con Matteo al afirmar que los humanos no somos fábricas. Rompamos (¡ahora! ¡inmediatamente!) con el concepto de que cantidad siempre es sinónimo de abundancia. Nuestra abundancia creativa no es cuantificable. La creatividad es autoexpresión, incluso la parte de nosotros que no percibimos, el yo más íntimo, oculto, nocturno. Por lo tanto la creatividad no puede enseñarse, solo puede inspirarse. Preguntémonos: ¿Cuándo fue la última vez que me sentí lo suficientemente creativo? ¿Cuándo fue la última vez que me sentí realmente creativo?¿Cómo sabemos si no hemos sido lo suficientemente creativos? Si no nos sentimos orgullosos del resultado, lo más probable es que no lo hayamos sido. La creatividad es subjetiva e impredecible.

Matteo nos lleva a hablar de la parte más incómoda: ¿por qué no nos sentimos lo suficientemente creativos? Nos invita a hacer un examen de conciencia: ¿cuál fue nuestra ventaja al no ser creativos? ¿Pereza? ¿No nos importaba el proyecto? ¿Nos aburríamos? Nos impulsa a escribir tres o cuatro razones y luego preguntémonos si son suficientes para hacer las cosas con desgana y tibieza. También podemos aceptar que lo importante es asumir la responsabilidad de nuestra creatividad (también porque quejarse es una actitud muy poco creativa).

Sin embargo Matteo considera que todo es imposible hasta que lo hacemos. E incluso entonces, habrá mucha gente que nos dirá que lo que estamos haciendo sigue siendo imposible, que funciona solo porque es un momento, una coincidencia, una tendencia. Lo cual es un pensamiento claramente verdadero de alguien que nunca ha sido creativo.

Matteo nos invita a ser responsable. Decidir conscientemente qué quiero apoyar y quién soy. Tenemos que comprometernos. No podemos simplemente soñar con una vida diferente y luego hacer algo completamente distinto. Es entonces cuando algo sucede, la energía que desplegamos con nuestras acciones producen un efecto.

Este “retorno” de energía y respuesta, nos sumerge en un nuevo mundo, una nueva realidad, que es una consecuencia directa de quiénes decidimos ser.

Viene la parte más importante del libro. El proceso creativo de Matteo, que es una idealización, una idea posterior de un camino limpio y perfecto. En realidad, los pasos están alargados y colocados de diferentes maneras, puedes saltarte una pieza, darte cuenta de que has hecho algo estúpido y tener que volver atrás. Lo de siempre. Creo que la ventaja de tener un proceso de referencia es la posibilidad de comparación con un “como debería ser” que nos puede ayudar a encontrarnos a nosotros mismos si nos desviamos mucho del camino. Esto es lo que suelo hacer, siguiendo este orden:

  1. Intuición: Matteo deja que las ideas vengan y las recoge y las observa, como si fuera un granjero paseando por el huerto donde abundan las manzanas en los árboles. Todavía no las he recogido pero crea una caja de “ideas aún por desarrollar” y las llena sin prisa.
  2. Acción; cuando Mateo siente una atracción hacia una de las ideas, la llevo al terreno de la realidad, emprendiendo una acción decisiva y definida de la que decide no volver atrás
  3. Evaluación: desarrolla una consciencia sobre la idea en la que trabajo, tanto en términos de utilidad como de riesgos. Se pregunta: «¿Es útil para alguien? ¿O es algo que hago solo para él?». Aquí es donde radica la famosa división entre arte y diseño, entre genio y creación propia. No hay nada correcto o incorrecto; sin embargo, es bueno saber lo que hacemos. ¿Lo hacemos solo para nosotros o esperamos ganar dinero?
  4. Investigación: obedece a las preguntas ¿necesito estudiar antes de poder trabajar en esta idea? ¿Debo recopilar elementos externos para mantenerlos en el archivo? Esta evaluación es crucial. Cuando Matteo está en esta etapa, se hace esta misma pregunta: ¿qué quiero obtener de esto?
  5. Síntesis: en algún momento debes tirar de los hilos del caos externo o interno. Esto se llama síntesis. Después de leer veinte libros de texto sobre un tema en particular, ¿cuál es el máximo común denominador? ¿Cuál es el corazón de la novela? ¿Cuál es el impacto que queremos tener con este proyecto específico? En resumen, ¿dónde estamos posicionando nuestro trabajo, pero también a nosotros mismos como autores, diseñadores y desarrolladores?

Es entonces cuando Matteo nos dice su frase más importante: si queremos ser creativos, debemos ser libres. Nos cuestiona si nos decimos la verdad. ¿Estamos orgullosos de lo que hacemos? ¿La expansión y el impacto que tenemos en el mundo son los que deseábamos? ¿Y nos sentimos satisfechos con ellos? Debemos recordar que siempre es nuestra responsabilidad; somos nosotros quienes debemos elegir ser conscientes de quiénes somos y de lo que hacemos. Pero siempre que nos sintamos perdidos, insatisfechos o molestos, podemos intentar comprender qué punto está desequilibrado.

Para cerrar quiero dejarles una Ted Talk de Matteo:

Y también un workshop sobre el libro:

Jon Black
Jon Black
CEO de Blackbot. Egresado de las licenciaturas de Comunicación y Mercadotecnia. 20 años de experiencia como consultor en diseño estratégico, innovación y negocios. +15 años de experiencia impartiendo clases, sesiones, talleres, dentro y fuera del país alrededor de los temas: negocios, innovación, tecnología, creatividad y transformación digital.

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