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El futuro de la industria de las aerolíneas

En este artículo analizaremos:

  • Cuál es el verdadero impacto de Covid 19 en la Industria
  • Cuáles son las prioridades que están tomando las aerolíneas
  • Cuáles son las oportunidades de la industria
  • Cuáles son los disruptores de la industria
  • Qué son las burbujas de viaje
  • Cuál es el nuevo ecosistema

Entendiendo el modelo

Partamos de un hecho: la industria de aviación están en una crisis total provocada por la pandemia y el cierre de fronteras. Ante la crisis las aerolíneas buscarán acumular efectivo lo más pronto posible (sobre todo cuando los viajes comiencen nuevamente). Elegirán poner su energía en la compra u optimización de aviones más pequeños y eficientes (y están dispuestos a endeudarse y renegociar sus deudas actuales). Intentarán volar en más rutas de punto a punto (locales) evitando los “hubs internacionales” que obligaba a los viajeros a llegar a un destino en dos tramos.

Una de las métrica más queridas de la industria tradicional es: la milla del asiento. Si un avión con 300 asientos disponibles vuela 1,000 millas, ese vuelo registra 300,000 millas. Las aerolíneas comparan constantemente los ingresos por milla de asiento disponible, o con el costo por milla de asiento disponible. Este es el modelo base. ¿Sabes quién tiene un modelo de negocio parecido? Los cines, solo que la ecuación en lugar de ser millas, son minutos.

En los años 70 y 80, salvo un par de picos de precios, el combustible de aviación, Jet A-1, como lo llama la industria, era barato. Por esa razón la industria nunca cuestionó el uso del combustible. Fue así que se volvieron eficientes en la logística consumo. La etapa de vuelo más eficiente en combustible se produce a una altitud de crucero, el objetivo siempre fue poner tantas personas como fuera posible en un solo despegue y luego mantenerlas en el aire el mayor tiempo posible. Por eso la evolución de los viajes transcontinentales fue todo un boom en esas décadas. El problema fue, sin embargo, que las aerolíneas no siempre podían llenar estos enormes aviones al máximo de su capacidad, pero no representaba realmente un problema debido a la creación de la zona “VIP” en donde podrían vender hasta 10 veces más caro el ticket promedio.

Para 1989, un barril de petróleo había costado $10 dólares, pero en 2008, el precio llegó a $147 dólares lo que provocó la primera crisis global que acompañó a los inciertos años posteriores al 11 de septiembre en la que las aerolíneas vieron disminuir su volumen de pasajeros sobre todo por el “temor” de que se repitiera el evento. Las aerolíneas podrían haber respondido elevando los precios de los boletos, excepto que, como la industria se estaba desregulando rápidamente en todas partes, surgieron las aerolíneas de bajo costo (los cost), reduciendo el costo de volar eliminando lujos como las comidas y el espacio para las piernas. «Esa revolución fue brutal” ya que se comenzó a democratizar el acceso a un vuelo y en muchos incluso competir contra el precio de un ticket de autobús. Las aerolíneas decidieron gastar menos dinero en Jet A-1, así que innovaron en su eficiencia de combustible entre un 1% y un 2% al año, implementaron asientos más livianos, menos agua en los tanques del baño, alimentos distintos, etc; por ejemplo en 2017 United Airlines redujo el peso del papel en su revista a bordo y con eso, el uso eficiente de combustible.

En síntesis los viajes aéreos globales casi se triplicaron en las últimas dos décadas. Las crisis anteriores, como el 11 de septiembre y el SARS entre 2001 y 2003, así como la crisis financiera mundial de 2008, solo provocaron ligeras disminuciones seguidas de períodos de crecimiento acelerado. Y desde 2010, el crecimiento de la oferta y la demanda ha superado constantemente el 6 por ciento anual.

A qué exactamente nos estamos enfrentando

La industria de la aviación enfrenta tres fenómenos importantes en este momento:

  • El miedo al contagio: ningún otro negocio depende de ponerte en proximidad con extraños durante horas en una cabina sin aire natural, mientras transportas a humanos potencialmente enfermos de un continente a otro. Las políticas de fronteras abiertas o cerradas de los países son parte de esta ecuación, fenómeno que habíamos visto solo en tiempos de guerras o desastres locales.
  • La caída de la economía: hay una constante en la industria, la correlación con el PIB. Globalmente los negocios han desacelerado en todas sus categorías lo cual ha provocado una crisis económica en la sociedad. Al tener crisis veremos una desaceleración importante en los viajes ya que la prioridad de sobrevivir esta crisis ha pausado nuestros deseos por explorar.
  • La disrupción de nuevas compañías: a pesar de que la industria de la aviación atravesó década y media de grandes ganancias, no invirtieron en innovación y en este momento tenemos compañías (casi todas tecnológicas) que durante los últimos 10 años han venido trabajando en hipótesis de disrupción en la industria.

En el análisis de la historia de la aviación comercial, solo habíamos experimentado la afectación por uno u otro de estos factores, nunca una combinación y mucho menos tres al mismo tiempo. Durante el Sars, viajar era inseguro, pero la economía global no se estancó. Durante la crisis financiera de 2008, el dinero escaseaba, pero volar no era un riesgo para la salud. En los últimos 110 años transcurridos nunca habíamos visto esta combinación de factores de forma simultánea. Y estamos en la antesala de colocar dos nuevos factores adicionales:

  • Los precios de los combustibles que comenzarán a elevarse nuevamente
  • La huella de ozono que históricamente han desatendido y que comienza a ser un factor de decisión para los que están desarrollando conciencia ambiental

Para hacer un comparativo del estado de la industria, en 1998, las aerolíneas vendieron 1,460 millones de tickets para volar comercialmente. En 2019, ese número se había disparado a 4,540 millones de tickets. En plena pandemia, en marzo de 2020, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (Iata) publicó un escenario preocupante: se pronosticaba una pérdida global de ingresos de $113,000 millones de dólares. A mediados de abril de 2020, ya se habían almacenado alrededor de 14,400 aviones de pasajeros en todo el mundo, el 65% de la flota mundial, según la firma de investigación de aviación Cirium. Las empresas que han quedado al borde del abismo, o en algunos casos colapsaron por completo, incluyen Virgin Australia y Virgin Atlantic, Flybe en el Reino Unido, South African Airways, LATAM y Avianca en Sudamérica, Compass y Trans States en los Estados Unidos y en México ,Interjet está al borde de la quiebra y los números de Aeroméxico son negativos. La desesperación era tal, que compañías como Emirates ofrecían a los pasajeros un tipo de “seguro Covid” que los cubría con hasta $1,765 dólares para un funeral si alguien moría de la enfermedad después de volar. con ellos.

Según datos de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), al 30 de junio de 2020 se habían cancelado alrededor de 4.5 millones de vuelos en todo el mundo. Además la caída de las ventas habrá alcanzado el 55% ($ 314 mil millones de dólares). 2020 se convirtió en el peor año para las aerolíneas al menos desde la II Guerra Mundial.

El director general de la IATA, Alexandre de Juniac, esperaba las mayores pérdidas jamás registradas con una predicción de $419 mil millones de dólares a nivel mundial para fin de año 2020. Esto representa una disminución del 50% en comparación con 2019. Acabando una década de crecimiento significativo, llevando a la industria a los niveles de 2006.

Para 2021, IATA espera que la industria de las aerolíneas pierda $38,700 millones de dólares en todo el mundo. La demanda debería recuperarse nuevamente en verano (muchos hablan de una explosión provocada por el hartazgo de confinamiento), incluso si la economía se debilita. Algunos expertos sugieren que solo una pequeña parte de las 1,000 aerolíneas actuales, en gran parte apoyadas por sus respectivos gobiernos y créditos bancarios, podrán sobrevivir. El transporte aéreo tardará al menos una década en recuperarse. Los gobiernos y su capacidad de reacción podrán decidir sobre la apertura de sus fronteras y no imponer restricciones administrativas e impuestos adicionales al sector de actividad más generador de riqueza.

El efecto Covid 19

Como lo mencionamos antes, todos tenemos en mente los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. En ese momento el entusiasmo de los pasajeros por volar en Estados Unidos se derrumbó, debido a los temores de seguridad. Esto obligó a las aerolíneas, entonces, como ahora, a cancelar vuelos y almacenar aviones. Sin embargo la industria se recuperó. El número de pasajeros para 2002 fue de 1.63 mil millones, solo un poco más bajo que los 1.66 mil millones que volaron en 2001. En paralelo estos acontecimientos obligaron a las aerolíneas a recortar costos a través de licencias, despidos y notablemente, la “consolidación”. Las aerolíneas también se volvieron más cautelosas y dejaron de lado sus planes de expansión agresiva. Esto llevó a menos vuelos en general y para los pasajeros, menos espacio a medida que los aviones se llenaban más con asientos.

Hoy ese evento se llama Covid-19. La propagación del coronavirus ha provocado el colapso de la demanda de pasajeros, lo que ha obligado a las aerolíneas a aparcar, en lugar de volar, sus aviones. A medida que entendíamos el comportamiento de expansión del Covid-19, los gobiernos de todo el mundo eligieron, en aras de preservar la salud pública, prohibir la entrada a los no residentes. Algunos países como India, Malasia y Sudáfrica dejaron de emitir visas de visitante. Otros como Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos suspendieron la reciprocidad de viaje sin visa. La medida no solo puso fin a los planes de millones de viajeros, sino que obligó a las aerolíneas a dejar de atender mercados que alguna vez fueron lucrativos. Para que los aviones vuelvan a volar requerirá una flexibilización de las restricciones de entrada del gobierno de cada país. O en su hipótesis mas interesante, una creación de perfil digital de salud, una especie de “Visa Digital” que contenga la información de tu estatus actual de salud, la última vacuna que te pusiste e incluso saber si te dio Covid.

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Bienvenido a las burbujas de viaje

Para poder viajar durante 2021 y probablemente el resto de años (me refiero al resto de años solo bajo dos indicadores: que lleguemos al 60% de la población vacunada y no tengamos otra cepa del virus que necesite otra actualización de vacuna); los humanos necesitaremos esperar las «burbujas de viaje”. Una burbuja de viaje es un periodo de tiempo en el que el clima, el semáfaro de infección de cada país, la apertura de fronteras para viaje y la actualización de vacunación personal, se combinarán para permitir un número controlado de visitantes del extranjero. Veremos que entre países con una mayor disciplina de vacunación y control de la pandemia, las fronteras prolongarán esas “burbujas” prolongando la confianza entre ellos. Esto minimizará el riesgo de transmisión para los viajeros dentro de la burbuja y al mismo tiempo, evitará la importación de nuevos casos desde el exterior.

En las fronteras, sobre todo en los aeropuertos y lugares de entrada y salida de países, veremos como la tecnología jugará un papel fundamental. Veremos una infraestructura de pruebas rápidas, escaneaos de temperatura, limpieza y purificación de aire, desinfecciones por rayos UV, unidades robóticas, etc. Las medidas permitirían a las autoridades examinar a los pasajeros en busca del virus y, si es necesario, poner en cuarentena a estas personas.

Durante el vuelo, las cabinas no podrán sostener el actual número de asientos (sobre todo en los viajes internacionales). Los espacios necesitan rediseñarse por completo para limitar los llamados «puntos de contacto” los cuales hacen que la proximidad física acelere la propagación del virus entre los viajeros y la tripulación. Eso provocará que los precios de volar, sobre todo en viajes intercontinentales, se eleven dada las restricciones de espacio y ajustes en tecnología de sanidad.

Las aerolíneas comenzarán a eliminar todo lo que conlleve “contacto”, desde revistas a bordo, almohadas y, en algunos casos, incluso comidas debido a lo contagioso que resultaría ese punto de contacto y la basura que se genera en un vuelo. Las aerolíneas buscan limitar esas interacciones para evitar que el virus se propague. En algunos casos, el uso de mascarillas personales todavía seguirá siendo necesaria e incluso, el diseño de vestuario de la tripulación cambiará, para volverse totalmente orientado a la no propagación del virus.

Las compañías que no logren adaptarse a este mínimo panorama de exigencia quebrarán. Las personas no podrán comprarles tickets por el riesgo que representará volar con ellas (aunque jueguen una táctica de guerra de precios). La quiebra reducirá al número de competidores en un mercado, lo que invariablemente también aumentará en el precio del ticket de vuelo.

Hemos hecho un listado de lo que nos espera en la experiencia de viajar en los próximos años:

1. Los vuelos de larga distancia experimentarán innovaciones tecnológicas: desde perros detectores de virus en los aeropuertos hasta nuevas aplicaciones que procesan la información de COVID-19 de los viajeros y el rastreo de contactos de las aerolíneas. La industria de los viajes aéreos se está volviendo creativa para reiniciar los vuelos de larga distancia. Veremos asientos touchless (sin contacto) que se conectan a Bluetooth en su teléfono para bajar el respaldo del asiento o desplegar la bandeja; baños touchless; procedimientos de embarque más reglamentados, etc. Los países que abran sus fronteras ante las “burbujas de viaje”, se unirán para crear estándares internacionales compartidos (como el pasaporte Covid), mismos que respetarán y cuidarán.

2. Los viajes de negocios se reiniciarán pero no al nivel que conocíamos: una de las partes más importantes de la recuperación de las aerolíneas será atraer a los viajeros de negocios. Pero este valioso sector de pasajeros no se conformará con la misma vieja cabina premium. Antes de regresar a los aviones, los viajeros de negocios quieren ver ajustes importantes, como asientos más espaciosos y privados, clases de tarifas con beneficios adicionales, conectividad en cabina para poder trabajar remotamente, políticas de programas de lealtad indulgentes, tan solo por nombrar algunos. Pero sobre todo, enfrentarán un contexto en donde el trabajo colaborativo en línea permitirá a las compañías suprimir y ahorrar esos presupuestos de viaje, lo cual desacelerará los viajes de negocios.

3. Las vacunas marcarán la diferencia: con la vacuna llegando a los países y en cuanto tengamos porcentajes entre 40% y 60% de la población vacunada en 2022 a 2024, solo entonces provocará que los viajeros se sientan más optimistas acerca de volar, sobre todo a nivel local. En algunos vuelos internacionales se promoverán junto tu ticket, una vacunación gratuita días antes de tu vuelo. Lo cual podría incentivar a los usuarios a viajar fuera de sus países más rápido de lo esperado.

4. Rediseño del interior en los aviones: a medida que la recuperación posterior a la pandemia comience a tomar forma, se acelerará la tendencia establecida de las aerolíneas que evitan los aviones de dos pisos más grandes, como el Boeing 747 y el Airbus A380. En cambio, los transportistas están optando por aviones más ágiles y eficientes, e incluso invirtiendo en algunos diseños futuristas como un avión de “alas mixtas”, interiores con asientos separados, etc. Un avión comercial pequeño como el Boeing 737 tiene en promedio un costo de 102 millones de dólares. Adaptar el mobiliario y tecnología actual para considerarse “Covid Free” requerirá entre el 4% y 12% del valor de cada nave (además del tiempo de conversión). Las aerolíneas necesitan atender los nuevos estándares de sanidad de los vuelos y no podrán sobrevivir el nuevo modelo si solo están en el negocio de vender “tickets para llenar cabinas” y aumentar la densidad. Para sobrevivir necesitan convertirse en elementos valiosos de un “ecosistema de movilidad”.

5. La reserva seguirá siendo flexible: a los pasajeros se les ha concedido más flexibilidad durante la crisis y continuarán con ella como parte de la “experiencia” de viaje. La industria comenzará a evolucionar en términos de “experiencia de consumidor” (CX) y se volverá más sofisticada en temas digitales y agilidad.

6. La atención médica estará disponible en el aeropuerto: si bien las pruebas de COVID-19 en los aeropuertos se están volviendo cada vez más ubicuas, veremos clínicas médicas dentro del aeropuerto que nos darán asistencia, vacunación y certificación de vacunación para iniciar viajes internacionales, por ejemplo si vas de safari a África podrás venir al aeropuerto y tener tu vacunación lista como parte de tu rutina y requisitos de vuelo. Creemos que estamos a la antesala de la creación de una industria completamente nueva, en términos de de salud y bienestar en los viajes.

Pero los expertos, incluida la Organización Mundial de la Salud, señalan que estos escáneres no detectarán a las personas asintomáticas que tienen COVID-19 ni a las personas infectadas que no hayan desarrollado fiebre. Un nuevo dispositivo llamado Symptom Sense podría dar a las aerolíneas una mejor idea del estado de salud de un pasajero que una lectura de temperatura. El dispositivo se ve y funciona como la puerta del detector de metales por la que pasan los viajeros en el camino a sus vuelos. En cinco segundos (y sin contacto físico), recopila la temperatura, los niveles de oxígeno en sangre, la frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria del pasajero.

Eso incluso podría significar que los pasajeros sean desinfectados al llegar. Al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Hong Kong, es posible que los futuros visitantes deban entrar en una cápsula de presión negativa que parece un cruce entre una cápsula espacial de ciencia ficción y un pequeño ascensor. El artilugio, llamado CLeanTech, realiza un tratamiento de 40 segundos con “nanoagujas”, tecnología fotocatalizadora y un aerosol desinfectante, todo ello destinado a proteger a los viajeros y al personal del aeropuerto de posibles infecciones virales. El dispositivo se estaba probando a principios de este año; Los portavoces del aeropuerto dicen que puede estar en uso generalizado para 2021.https://www.youtube.com/watch?v=GHPzITP0TIs

7. Robots de sanidad: la desinfección ha adquirido una nueva importancia durante la pandemia, con los rayos ultravioleta C (UV-C) en primera línea. UV-C es una longitud de onda que daña el ADN y el ARN de un virus, lo que hace que deje de replicarse y muera. Es un poco de ciencia que se ha entendido desde mediados del siglo XX y se ha utilizado en lugares como hospitales para esterilizar habitaciones y herramientas. Ahora, la industria de viajes busca aprovechar la luz para combatir la propagación del coronavirus. El Aeropuerto Internacional de Pittsburgh ya estaba trabajando con la startup local Carnegie Robotics para probar robots de limpieza autónomos que usan presión de agua y desinfectantes químicos antes de la pandemia. Después del ataque del virus, la empresa se ofreció a instalar un componente UV-C.

En el aeropuerto internacional de Cincinnati / Northern Kentucky hay robots de limpieza que utilizan técnicas más tradicionales similares a las de Roomba. El Neo, una fregadora de pisos fabricada por AvidBots de Canadá  y utiliza tecnología 3D y láseres para trazar sus rutas y desviar quioscos, carritos de comida, o niños callejeros.

Los cambios no serán de la noche a la mañana, pero como usuario necesitas saber la visión de las compañías y saber qué cosas están implementando y qué cosas están trabajando para traer. El pasajero no solo determinará sus vuelos con base en el precio, sino también con la “seguridad” que tiene de no poder su vida en riesgo en un vuelo. Vemos oportunidades de enlace con otras industrias. Por ejemplo, las personas ya llevan su entretenimiento personal en un teléfono móvil o tableta, las pantallas y el sistema de entretenimiento de los aviones ahora serán un elemento transicional de viaje. Lo interesante es tener conectividad y energía para que tus dispositivos personales puedan reproducirse de forma adecuada. Eso permitiría que muchas aerolíneas cancelen o reduzcan los contratos con Hollywood para reproducir todas las películas y programas de televisión y hagan alianzas con compañías como Netflix, Disney+, etc; que les permitan navegar libremente con un password especial en el vuelo. Eso obligará que dentro de la cabina tengamos conexiones de electricidad y Wifi de alta velocidad que les permita conectarse libremente.

“Estamos ante la crisis más grave que haya conocido la industria aeroespacial”
Guillaume Faury, director ejecutivo de Airbus

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¿Las aerolíneas son culpables de esto?

En un artículo de Harvard Business Review, se exhibe como las principales aerolíneas de Estados Unidos vieron caer en picada el número de pasajeros e ingresos. En 2019, la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) de los Estados Unidos examinó alrededor de 2.5 millones de pasajeros todos los días. Con algunas variaciones según el día de la semana. En abril de 2020, eso se redujo a entre 90,000 y 130,000 pasajeros.

Es entonces cuando entra la pregunta ¿esto es culpa de las aerolíneas? La respuesta es sí. Ellos ya sabían la probabilidad de una pandemia global promovida por la conectividad aérea de sus negocios. Y no les importó preparar ese escenario. No diseñaron protocolos ni medidas de contención. No invirtieron en medidas sanitarias. No innovaron en tecnologías de escaneo. Esto no es un cisne negro para la industria, es pura negligencia empresarial.

¿Cómo están reaccionando las aerolíneas ante esto? Las principales aerolíneas solicitarán rescates a sus gobiernos o buscarán endeudarse al pedir créditos. Para respirar financieramente necesitan tomar una decisión: servir al mercado local en las burbujas de viaje de forma masiva: vuelos locales, viajes locales, transportación de productos locales (carga), se convertirán en los activos más importantes. Si desean atender la demanda internacional, las obligaría a gastos agresivos y riesgos que no están dispuestos a hacer.

Hay en el sector mucho optimismo sobre lo que será el verano de 2021 al volver a un cierto grado de “normalidad” ante la “burbuja de viaje”. Ese optimismo está llevando a las principales aerolíneas europeas a ajustar sus flotas, sus deudas y sus plantillas para enfrentar la crisis, también pidiendo más dinero a los gobiernos. Este ambiente (de recuperación momentánea), con viajeros sensibles a los precios y oportunidades para los operadores con precios muy bajos que puedan volar con saldos positivos y una carga menos, favorecerá a las aerolíneas ultra low cost.

Es tal el deseo de regresar a la normalidad que en Indonesia la vacunación de primera línea no es para los médicos y ancianos, es para los “influencers” y famosos, debido a dos objetivos claros: concienciar a la población y regresar cuanto antes al tráfico de turismo en la región. Las compañías que esperen que regresemos a la “normalidad” de 2019 para operar con los servicios que ya se vendían, por un lado tomarán oxígeno ante la demanda de verano, pero inevitablemente se enfrentarán a la crisis más importante de su vida empresarial. Esta crisis debería acercar a los dueños y dirigentes de la industria, a debatir sobre cómo cambiar la experiencia, cómo rediseñar el modelo, cómo poner al humano en el centro de la experiencia y diseñar a partir de ahí. El modelo de venta de “tickets” ha llegado a su fin y ahora se volvió mucho más complejo: el ecosistema de movilidad.

Preguntas como ¿qué funciones y servicios complementarios ofrecerán? ¿Crearán un servicio de logística ante el crecimiento del comercio electrónico? ¿Se ocuparán de nuevos escenarios de transportación desde un monopatín, un coche eléctrico urbano, hasta un viaje internacional? ¿Crearán un modelo de suscripción en donde toda la experiencia de viaje estén garantizadas? ¿Crearán nuevos hoteles y con ello un ecosistema de punta a punta? Todas estas preguntas son “oportunidades” que no han sido exploradas y que representan la apuesta más importante de esta industria.

El consultor de transporte y experto en reestructuración de la aviación, Hubert Horan, habló con la editora de The Financial Times Alphaville, Izabella Kaminska, sobre los terribles fundamentos que enfrentan las aerolíneas en el mundo posterior al coronavirus, y cómo podría generar un caos total en la industria, y por qué son los principales ejecutivos de las aerolíneas y la comunidad inversora que invierte en ellos, quienes están decidiendo ignorar lo obvio. El gran mensaje del video es uno y es muy poderoso: la industria de las aerolíneas niega su inminente colapso y las razones por las que es así.

https://www.youtube.com/watch?v=Hzig-gnKWTI

Horan también propone una solución sobre la reestructuración del sector de las aerolíneas en toda la industria, pero tiene pocas esperanzas de que esto suceda realmente debido al clima político y la crisis de liderazgo que tenemos en todo el mundo y particularmente en Estados Unidos.

“La industria, los mercados de capitales y la prensa empresarial han ignorado intencionalmente la magnitud real del colapso y siguen aferrados a narrativas absurdas que supusieron falsamente una recuperación rápida y sólida de la demanda. Los funcionarios de la industria y del gobierno que realmente están lidiando con la crisis se han centrado de manera miope en objetivos estrechos (por ejemplo, proteger los intereses financieros de inversores selectos, minimizando los pagos directos del gobierno a los trabajadores)”
Hubert Horan

El lento metabolismo de la industria de las aerolíneas ahora será uno de los síntomas de su descomposición. Los aviones se ordenan con años de antelación, las rutas trazadas y los pilotos entrenados con mesurada atención. Sin embargo, durante la pandemia, las decisiones tuvieron que tomarse con una rapidez poco común y que ahora se convertirá en la “norma”. Analicen el caso de Airbnb en donde en 10 meses tomaron las decisiones de 10 años, reintentando por completo a la compañía.
https://093.5ee.mwp.accessdomain.com/2021/01/como-airbnb-sobrevivio-a-la-pandemia/

Es tan mal el contexto actual que compañías como KLM, anunciaron entre 4,500 y 5,000 próximos recortes de puestos de trabajo de su plantilla de 33,000 colaboradores, en una combinación de despidos, jubilaciones voluntarias y rescisiones de contratos temporales. El escenario se repitió en toda la industria. American Airlines planea eliminar 40,000 puestos de trabajo de su fuerza laboral. British Airways: 12,000 puestos de trabajo. Qantas: 6,000. Ryanair: 3,250. Con todo esto como contexto de 2020 ¿qué los hace pensar que las cosas serán distintas en 2021?

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Las grandes posibilidades

El trabajo remoto, las teleconferencias, la colaboración en línea, el comercio electrónico, el contexto de la economía y la mensajería, se combinaron para reducir dramáticamente los viajes de negocios innecesarios y con ello eliminar las horas de tráfico y lo gastos presupuestales de viaje. Es decir, entre un tercio y la mitad de todos los vuelos comerciales se han ido para siempre. Los viajes de negocios representan entre el 12% y el 15% de los pasajeros de un avión, pero aportaban alrededor del 75% de sus ganancias a pesar de ocupar solo una cuarta parte de sus asientos. El problema es que las compañías ya no están dispuestas a gastar presupuestos en viajes que pudieron ser una reunión virtual en Zoom.

Por otro lado veremos un nuevo turismo de placer + negocios con estancias más prolongadas provocadas por los “nómadas digitales”. Esa es una oportunidad importante para las aerolíneas. Vender la experiencia de punta a punta. El tráfico volverá, pero será diferente y con competidores con una genética de innovación y velocidad distinta.

¿Qué pasaría si Zoom compra una aerolínea de bajo costo con alta conciencia ambiental y tecnológica? ¿Qué pasaría si Zoom abre una cadena de hoteles específica para todos los nómadas digitales que buscan colaboración, productividad y placer? ¿Qué pasaría si Zoom invierte en transportación urbana, scooters, autos eléctricos, bicicletas, trenes de alta velocidad? ¿Qué pasaría si en lugar de vender tickets, vende suscripciones, en donde tendrás acceso a la plataforma de conferencias en línea, pero también a todo el ecosistema Zoom? ¿Y qué tan lejos creen que esté de esta visión “Uber”?

Esos son los huecos que por décadas no decidieron llenar las aerolíneas y que ahora, son pasos lógicos de una compañía que tiene un solo objetivo: desarrollar servicios centrados en las personas que transformen la experiencia de colaboración en tiempo real y mejoren la calidad y eficacia de las comunicaciones para siempre. ¿Qué pasaría si vemos al turismo como un modelo “Tourism as a Service”?

¿Qué pasa si matamos el modelo de viajero frecuente y creamos una suscripción por niveles en donde entendemos culturalmente al ser humano que lo usa? En lugar de especular por temporadas (burbujas de viaje) y bombazos de marketing. Si las personas comienzan a sentir que los puntos de viajero frecuente no les son tan útiles ahora porque prefieren tener otros beneficios, eso será un problema real para las aerolíneas. El servicio de primera clase se convertirá en la “única clase” en los viajes largos. Y no estoy hablando de precio. Sino del modelo completo de la experiencia misma de viaje por temas de salud y seguridad.

Rediseño al interior de los aviones

Layer,el estudio de diseño londinense, inspirado en el cine, diseña asientos anti Covid bautizados “Sequel Set”, tomando la estética de películas de Wes Anderson.

PriestmanGoode ha presentado una serie de ideas de diseño que ofrecen una hoja de ruta hacia el crecimiento futuro y la satisfacción de los pasajeros en la industria de la aviación. Pure Skies incluye una revisión completa de las cabinas de las clases Business y Economy y aborda las preocupaciones urgentes de los consumidores, las empresas y el medio ambiente. Las nuevas características de diseño integradas, la última tecnología y la innovación de materiales ayudan a reducir la ansiedad de los pasajeros, mejoran el espacio y la higiene personal y facilitan los viajes sin contacto. Mientras tanto, se han creado nuevas oportunidades de ingresos para las aerolíneas a través de características innovadoras de cabina que permiten a los pasajeros adaptar los productos a las preferencias individuales. Se han utilizado colores y materiales para mejorar la higiene y facilitar la comunicación y la confianza de la marca.

El asiento de Janus, llamado así por el dios romano de dos caras, tiene como objetivo crear una distancia social a bordo cambiando la forma fundamental en que esperamos volar. Este acuerdo de estilo yin-yang verá a un tercio de los pasajeros alejarse de la dirección del viaje, tal vez no lo que elegiríamos para nuestra experiencia durante el vuelo, sino algo que hemos llegado a aceptar en otras formas de transporte.

Para proporcionar protección adicional, Aviointeriors ha propuesto una gran pantalla transparente alrededor de la parte superior de los asientos, protegiendo efectivamente a cada pasajero de su vecino inmediato y de aquellos que se mueven en el pasillo. Como Jano de dos caras, el dios de la Antigua Roma, esta propuesta se distingue por la posición inversa del asiento central del triple para asegurar el máximo aislamiento entre los pasajeros sentados uno al lado del otro. Mientras los pasajeros sentados en los asientos laterales, el pasillo y el fuselaje continúan posicionados en la dirección de vuelo como de costumbre, el pasajero sentado en el centro mira hacia atrás. Entonces “Janus” es un asiento de dos caras, de hecho esta disposición permite separar a los tres pasajeros con un escudo hecho de material transparente que los aísla entre sí, creando una barrera protectora para todos. Cada pasajero tiene su propio espacio aislado de los demás, incluso de las personas que caminan por el pasillo.

Los futuros pasajeros de las aeronaves valorarán aún más su espacio personal que nunca, no solo desde una perspectiva de comodidad, sino desde un punto de vista de salud y seguridad. El kit Isolate transforma el asiento del medio en una pantalla tranquilizadora para brindar el máximo espacio personal y separación para los pasajeros adyacentes. La superficie de la mesa liviana soporta una pantalla vertical en termoplástico translúcido para permitir que la luz pase a través y mantener una cabina aireada. Toda la función se apoya en los reposabrazos y se ajusta con el cinturón de forma segura en su posición.

Todas las superficies están diseñadas para eliminar las trampas de suciedad y ser fáciles de limpiar. Existe una provisión para un kit de amenidades personales con una máscara, desinfectante de manos y toallitas desinfectantes para brindar la experiencia de vuelo más higiénica posible. La pantalla vertical se puede producir alternativamente en una espuma termoconformada ligera, con un tapizado de cuero lavable. El kit se desmonta fácilmente para guardarlo y se puede colocar en cualquier asiento para facilitar el viaje a las parejas que deseen ser protegidas del pasillo. El kit de piezas también tiene una vida después de la era Covid-19, donde es una forma de transformar los asientos de clase económica de corto recorrido en una oferta de clase ejecutiva.
https://www.universalmovement.io/

Benjamin Hubert revela el concepto de viaje compartido autónomo «futuro cercano”.  Joyn es un «concepto de futuro cercano» que premia el «comportamiento sostenible» y hace que «compartir el viaje sea más deseable como forma de transporte”. El viaje compartido tiene una demanda creciente, impulsada por una menor propiedad de automóviles entre las generaciones más jóvenes, así como por la popularidad de aplicaciones como Uber. Joyn es un intento de cumplir con algunos de los desafíos que enfrenta el sector, incluida la seguridad, la responsabilidad y la sostenibilidad.

El concepto eVOL de Cadillac es la primera incursión de Cadillac (y GM) en la movilidad aérea; tiene un motor eléctrico de 90 kW para alimentar cuatro rotores para el despegue y aterrizaje vertical. El vehículo puede alcanzar velocidades de hasta 56 mph. Fue diseñado para que, tengas una vista panorámica. El vehículo volador se reveló en un video como parte de una presentación virtual de la directora ejecutiva Mary Barra dentro del Consumer Electronics Show 2021.

En el FBS (Future Business & Strategy) de 2020, hicimos un análisis del futuro de las Ciudades como Plataforma, así es como se verán otros proyectos como el de Uber.

Pero ¿cómo realmente están resolviendo el problema?

El pensamiento tradicional de los administradores de las compañías es totalmente predecible:

  • Retirarán sus aviones de fuselaje ancho y reducirán su flota para ser “rentables” en el viejo modelo de venta tickets
  • No reducirán los asientos pero incorporarán el mínimo de las normas que les permitan operar de forma local
  • Reducirán sus conexiones internacionales
  • La flota de fuselaje ancho se moverán a una conversión para convertirse en aviones de carga y luego se vendan o renten a empresas como Amazon. El exceso de aviones va a hacer bajar el precio. No solo para Amazon, sino para otras empresas de carga en crecimiento.
  • Entrarán en guerras de precios
  • Venderán el máximo de asientos en los periodos de burbuja

Es decir, los dueños de las compañías no tienen ningún interés en restaurar y proteger el interés de la sociedad en un servicio aéreo eficiente y competitivo, y no parecen considerar legítimos o relevantes los intereses económicos más amplios basados en innovación. Por el contrario, solo les interesa el bienestar financiero de sus inversionistas y recuperar el terreno cedido. Por esta razón, más que nunca es necesario que entiendan el Diseño Centrado en el Humano .

El pasaporte coronavirus

Los países de la Unión Europea están negociando el crear un pasaporte como prueba de que una persona ha recibido protección contra el coronavirus y que permita cruzar fronteras sin guardar cuarentenas ni necesidad de presentar pruebas PCR. La IATA está desarrollando una aplicación en colaboración con las aerolíneas que busca «ayudar a los viajeros a gestionar de forma fácil y segura sus viajes en línea con las exigencias de los gobiernos para hacer tests de coronavirus o relativas a la vacunación”.

CommonPass, respaldado por el Foro Económico Mundial, busca ser la primera prueba reconocida internacionalmente de que un pasajero ha dado negativo en un test de coronavirus antes de tomar un vuelo, así como de que se ha vacunado contra el virus. Oleg Benesh, experto del departamento de inmunología de la OMS explicó que el pasaporte o certificado entrará en debate próximamente en la organización. El pasaporte estará regulado por normas médicas y sanitarias, además se analizan los aspectos científicos, normativos y éticos de la iniciativa. La OMS trabaja en tres direcciones: la recomendación de las vacunas a turistas, la aprobación de los países sobre las limitaciones a los viajeros y el intercambio de información sobre el procesos de vacunación entre países. Sea cual sea el método, parece que en 2021 se generalizarán estos pasaportes COVID-19. Este pasaporte se convertirá en un nuevo estándar de seguridad debido a la potencial evolución de los coronavirus. Por lo que veremos, que cada año los humanos tendremos que recibir una vacuna de actualización si es que queremos viajar a otros países del mundo.

La responsabilidad ambiental

La aviación representa el 12% de todas las emisiones de dióxido de carbono del transporte, debido a que volar era barato y fácil previo a 2020. Un vuelo de Londres a Nueva York y viceversa genera 986 kg de dióxido de carbono, más de lo que genera una persona promedio en Madagascar o Nicaragua, en un año. Ante esto, la compañía KLM dio a conocer una iniciativa que le preguntaba directamente al consumidor.“¿Siempre necesitas encontrarte cara a cara? ¿Podrías tomar el tren en su lugar?

KLM le pedía a las personas que dominen sus hábitos de consumo, incluso cuando los gobiernos y las grandes corporaciones hacen mucho menos de lo que podrían para frenar su gasto de carbono. KLM se autodenomina la aerolínea comercial más antigua del mundo, lo que significa que es la aerolínea más antigua que todavía opera con su nombre original. En octubre de 2020, KLM cumplió 100 años.

Para 2030, los aviones de KLM que despeguen de los Países Bajos utilizarán una mezcla de combustible con un 14% de biocombustible y queroseno «sintético», lo que reducirá tanto la necesidad de perforar en busca de petróleo fresco como las emisiones que arroja la industria petrolera en el proceso. Se espera que el queroseno sintético, combustible elaborado en una refinería, se fabrique a partir del dióxido de carbono extraído del aire, por lo que sus emisiones generales serán hasta un 80% menos que las del Jet A-1.

También el movimiento “Fridays for Future” de Greta Thunberg , que protestaba por la falta de una legislación climática eficaz, expandió la conciencia colectiva sobre la sostenibilidad, y las aerolíneas se encontraron en la mira. Las empresas comenzaron a reconsiderar sus pautas de viaje en un intento de reducir significativamente la cantidad de viajes aéreos para reducir su huella de carbono y reducir los costos, incluso reservando una clase de viaje más baja.

Pero la realidad es que por temas de optimización presupuestal habrá cambios significativos en las políticas corporativas, limitando los viajes aéreos como parte del impulso para reducir los gastos y lograr los objetivos de sostenibilidad. Los gerentes de sostenibilidad corporativa ahora se encuentran en la situación perfecta para avanzar en sus agendas con menos rechazo de los empleados. Compañías como Air France se ha comprometido a reducir a la mitad las emisiones de los vuelos nacionales para 2024 y a restringir los vuelos de corta distancia en los que circulan trenes. Pero para ser sinceros, el cambio climático no es parte de la conversación de la industria.

Cuando la crisis del COVID-19 golpeó a las aerolíneas, tuvieron que reaccionar rápidamente para limitar los daños. Los próximos meses serán críticos para la supervivencia de dichas compañías. Los acuerdos gubernamentales serán esenciales. A medio plazo, las aerolíneas restantes deberán encontrar las estrategias adecuadas para adaptarse al futuro.

La sostenibilidad y la responsabilidad social serán vitales para recuperar a la generación joven. El green washing con un giro de marketing no será suficiente. Las aerolíneas deberán mostrar su compromiso de reducir significativamente su huella de carbono y desarrollar estrategias de sostenibilidad creíbles y hojas de ruta ambiciosas. Los productos y características innovadores, como la combinación de aire y ferrocarril, operaciones terrestres neutrales en CO2, aeronaves más eficientes y combustible de aviación sostenible deben ser el núcleo de estas estrategias. Es decir, un ecosistema de movilidad completo.

Se pronostica que la aviación internacional duplicará el número de pasajeros para 2037, lo que significa que su participación en las emisiones globales puede multiplicarse por diez hasta llegar al 22% para 2050. Los reguladores de la OACI de la ONU han respondido a los llamados a la acción climática con su esquema de compensación y reducción de carbono para la aviación internacional (CORSIA). De acuerdo con esto, la aviación internacional puede seguir expandiéndose, siempre que el crecimiento por encima de la línea de base de 2020 sea “neto neutral” en términos de emisiones.

Este plan se ha visto arruinado por la crisis del COVID-19. Se suponía que la línea base de emisiones para CORSIA se calcularía en función de las cifras de vuelo de 2019-20. Pero dado que la industria se ha estancado (la demanda puede sufrir un impacto del 38% en 2020), esa línea de base será mucho más baja de lo esperado. Por lo tanto, una vez que se reanuden los vuelos, el crecimiento de las emisiones después de 2020 será mucho más alto de lo que cualquiera predijo. Las aerolíneas necesitarán comprar muchos más créditos de compensación de carbono, aumentando los costos operativos y pasándolos a los clientes.

Las aerolíneas que intenten volver a ponerse de pie serán hostiles a tales cargas adicionales y probablemente buscarán métodos para recalcular la línea de base a su favor. Pero para los ambientalistas, esta podría ser una oportunidad para fortalecer CORSIA, que a pesar de sus defectos es el único marco actual para abordar las emisiones de la aviación a nivel mundial.

Rescates de gobierno

En Estados Unidos el gobierno organizó un rescate de aviación de $25 mil millones de dólares, a pesar de que las cuatro aerolíneas más grandes gastaron casi $40 mil millones en efectivo durante los últimos cinco años simplemente para recomprar acciones y apuntalar el precio de las mismas. Pero las aerolíneas necesitan pasajeros y rentabilidad si quieren reembolsar los préstamos de rescate o eliminar sus emisiones. En Reino Unido se está considerando la nacionalización parcial, con en el caso de British Airways.

Este screen es una oferta real de Volaris, en una clara guerra de precios

Este screen es una oferta real de Volaris, en una clara guerra de precios

Los dueños de la industria piensan que eventualmente regresarán a la “normalidad” y los efectos de la pandemia se desvanecerían. No están pensando en términos de innovación. Están pensando en términos de “consolidación”. Piensan que ante la quiebra de algunas aerolíneas, las más pequeñas podrían ser compradas por las más grandes.
Las aerolíneas tendrán flotas más pequeñas en tamaño. Serán aviones más pequeños de pasillo único que volarán de un lado a otro, porque mientras el coronavirus aún acecha, nadie quiere pasar más tiempo del necesario en vuelos de conexión o aeropuertos de escala. Volar se sentirá más austero, en estos vuelos asépticos y funcionales (sobre todo en viajes locales).

Para la mayoría de las aerolíneas, la supervivencia dependerá del apoyo del gobierno. Generalmente, los gobiernos tendrán tres opciones:

  • ofrecer liquidez a las aerolíneas a través de préstamos o subvenciones
  • nacionalizarlas
  • dejarlas quebrar

Los posibles criterios serán:

  • Tamaño: Las grandes aerolíneas son más críticas para el sistema que las más pequeñas y, por lo tanto, tienen más posibilidades de obtener apoyo del gobierno.
  • Rentabilidad: La alta rentabilidad es una señal de que la aerolínea también será rentable después de la crisis y podrá reembolsar los préstamos pendientes.
  • Competencia: Número de aerolíneas en el país de origen. Dependiendo del tamaño y la estructura del país, la mayoría de los países solo ahorrarán una aerolínea. Si hay varias aerolíneas que operan en un país, las posibilidades de obtener apoyo federal son menores.
  • Participación del negocio en el país de origen: Los estados están más interesados ​​en salvar una aerolínea si la mayor parte del negocio se opera fuera del país de origen.
  • Participación de la propiedad estatal: La participación de la propiedad estatal indica los intereses del gobierno y hasta qué punto la aerolínea puede esperar apoyo financiero. Por supuesto, las aerolíneas de propiedad totalmente estatal contarán con un respaldo financiero más sólido del gobierno.

Para las aerolíneas que sobrevivan a esta fase de consolidación, esta crisis podría ser una oportunidad. La corrección podría tener un impacto positivo en el equilibrio entre oferta y demanda, así como en la situación económica del resto de aerolíneas. Puede ayudar a toda la industria a comprender que un futuro sostenible requiere márgenes más altos y evitar los precios de los asientos ultrabajos.

Las aerolíneas podrían centrarse en mejorar sus ofertas para los clientes que estén dispuestos a pagar por una experiencia de viaje personalizada. Encontrar formas de atraer pasajeros con una experiencia puerta a puerta más cómoda y cuidar la percepción pública de la marca en lo que respecta a la sostenibilidad son cambios que las aerolíneas deberán implementar durante la crisis para recuperarse con más fuerza que nunca.

A corto plazo, las aerolíneas se enfocarán en reducir las operaciones, recortar costos variables y fijos, asegurar liquidez y cuidar a sus empleados y clientes. A mediano plazo, las aerolíneas deberían repensar sus modelos de negocio para adaptarse a la nueva normalidad. Además de la rentabilidad, los temas clave serán la agilidad, el enfoque en el cliente y la sostenibilidad. A medida que aumenta la incertidumbre, las aerolíneas deberán volverse más ágiles para reaccionar rápidamente a los patrones y regulaciones cambiantes de la demanda.

Más paquetes, menos personas

Otro fenómeno que veremos, es que las compañías aéreas se apresurarán a convertir los aviones de pasajeros en cargueros, ya que el valor de los aviones usados ​​se está desplomando. Se espera que la cantidad de conversiones de pasajeros a carga a nivel mundial aumente en un 36% en 2021, ocasionado por un auge del comercio electrónico a medida que el valor de los aviones usados ​​cae en medio de la pandemia. Eso ha creado una gran oportunidad para las empresas de conversión de pasajeros a cargueros

La firma de análisis de aviación Cirium espera que la cantidad de conversiones P2F a nivel mundial aumente en un 36% a 90 aviones en 2021 y a 109 aviones en 2022. Las conversiones P2F son un paso más allá de las conversiones temporales más económicas que muchas aerolíneas han implementado durante la pandemia, que eliminan los asientos de los pasajeros para transportar más carga. En la actualidad, aproximadamente la mitad de la carga mundial se transporta en el vientre de los aviones de pasajeros, pero el impacto de la demanda ha dejado al mundo más dependiente de los cargueros dedicados.

Posibles accidentes aéreos

Un factor que la industria de la aviación no nos ha contado, es el “mantenimiento” que están teniendo los aviones durante la pandemia. Al no volar y tenerlos parados, dependiendo las condiciones climáticas, la altura del lugar y la edad del avión, podrían presentar fallas mecánicas derivadas de una mala logística de mantenimiento. Lo que requiere de inversiones importantes para mantener su flota operativa. Si las compañías no resuelven este tema y ponen a volar aviones que no estén en las condiciones correctas, podríamos estar ante una temporada de accidentes aéreos por temas de mantenimiento y destreza de operación humana.

Este contexto ya lo habíamos vivido después del 11 de septiembre. Las personas que presenciaron las horribles escenas del colapso de las Torres Gemelas no tenían muchas ganas de abordar un avión por la falta de confianza. Esto crea un problema clásico de riesgo moral: muchas aerolíneas parecen actuar como si fueran demasiado importantes para fracasar, porque al final, creen que serán rescatadas y que todo esto será justificado por la búsqueda de la “normalidad”. Sin embargo, “el miedo a volar” provocado por ellos mismos, podría convertirse en la estaca final de la industria.

El caso de Virgin

En agosto de 2020 Virgin Atlantic se declaró en bancarrota en Estados Unidos solicitando la protección por quiebra establecida en el Capítulo 15 de Estados Unidos. Modelo que replicó al igual que Avianca Holdings, aerolínea con sede en Colombia. Unos meses antes Virgin Atlantic recibió un acuerdo de rescate por $1,500 millones de dólares para mantener su solvencia. La aerolínea dijo que el plan para recapitalización se implementaría durante 18 meses, y que contaba con el apoyo de los accionistas, nuevos inversores y acreedores existentes. Sin embargo el grupo responsabilizó de la lenta recuperación a varios factores, incluida la falta de confianza del consumidor, la disminución de los viajes de negocios y los nuevos picos de coronavirus en todo el mundo. Todo este contexto sumado a una mayor conciencia ambiental gracias a personas como Greta Thunberg, una mayor cultura de trabajar desde casa y las medidas continuas para aumentar la responsabilidad y notificación de emisiones.

Pero en paralelo Virgin tiene todo un proyecto de alta innovación que podría darle todo un giro a la industria, su nombre: “Hyperloop” el cual es una forma futurista de transporte de alta velocidad que consiste en cápsulas que se transportan dentro de un tubo de acero de baja presión. A finales de 2020 hizo el primer viaje en su pista de prueba en Las Vegas, pero pasarán años antes de que el público pueda potencialmente dar un paseo a alta velocidad en un hyperloop. Se cree que estará disponible para 2030. El sistema de Virgin incluye levitación magnética, muy similar a la utilizada en proyectos avanzados de trenes de alta velocidad en Japón y Alemania. La levitación magnética eleva un vagón de tren por encima de una vía, mientras que los polos como imanes empujan el tren hacia arriba. Los imanes también impulsan el tren como los polos iguales repelen y empujan el tren hacia adelante, y los polos opuestos atraen y tiran del tren hacia adelante, alcanzando velocidades de hasta 965 km/h.

Bienvenidos disruptores

Ya vimos el presente y el “near futuro” (futuro cercano) de la industria. Pero ahora vemos a las compañías que cambiarán las reglas a lo largo de la década.

SpaceX
Imagina tomar un vuelo en la Ciudad de México a las 7am y 45 minutos después ya estás en Paris y listo para la hora de comida. Bienvenido a SpaceX travels, la compañía de cohetes que se volvió silenciosamente en la compañía más valiosa que las cinco aerolíneas más grandes del mundo juntas, al tener una valoración de $46 mil millones de dólares, mientras que la capitalización de mercado total de Delta, American, Lufthansa, United y AirFrance es de solo $ 42 mil millones de dólares.

SpaceX está probando actualmente un avión cohete llamado Starship que podría transportar hasta 100 pasajeros de Nueva York a Londres en solo 29 minutos en comparación con las 7 horas de los vuelos de hoy. Un salto suborbital desde San Francisco a Shanghai sería de solo 39 minutos en lugar de las 18 horas que es ahora. Para 2030, decenas de miles de personas podrían viajar en aviones cohete cada año. Eso es según UBS, que también estima que el costo de un boleto podría ser tan solo de $ 2,500 dólares. Este es el futuro de los viajes de negocios.

Virgin Galactic
Virgin Galactic pronto comenzarán a competir directamente con las aerolíneas por lo que queda de estos lucrativos clientes. Comenzará a enviar pasajeros a la órbita para hacer un poco de turismo. Ya tiene 600 personas inscritas en su programa. Y si deseas quedarte en el espacio durante unos días, incluso hay un hotel en construcción. «Estamos lanzando el primer hotel espacial de lujo asequible», dijo el fundador de Orion Span, Frank Bunger.


Blue Origin
Jeff Bezos también está en esa carrera con Blue Origin, con el cual transportarán regularmente al espacio a miles de turistas. Para 2030, el mercado del turismo espacial tendrá un valor de $ 3 mil millones de dólares. Y el mercado de ocio de las aerolíneas tradicionales valdrá un poco menos. Blue Origin planea lanzar pasajeros que paguen (turistas, científicos y astronautas profesionales) en breves viajes sobre el remoto desierto del oeste de Texas. También está trabajando en un cohete más grande, New Glenn, que despegaría desde Cabo Cañaveral, así como en un módulo de aterrizaje lunar para astronautas bajo el programa lunar Artemis de la NASA.  Bezos afirmó que la compañía llevará a la primera mujer a la superficie lunar antes de 2024.

Hyperloop
Como escribimos anteriormente este es el futuro del viaje reinventado por Virgin Hyperloop One , una startup fundada por el inversor en serie Shervin Pishevar con los ingenieros espaciales Josh Giegel de Virgin Galactic y Brogan BamBrogan de SpaceX. En 2014, el trío se propuso construir un transporte más rápido, más barato y más ecológico basado en el libro blanco de Hyperloop de Elon Musk. Lo que crearon fue un sistema autónomo de transporte masivo de cero emisiones con cápsulas de pasajeros propulsadas por levitación electromagnética que corren a través de tubos de vacío de baja presión a velocidades que rivalizan con el vuelo.

https://www.youtube.com/watch?v=-zSWagCyWio

https://www.youtube.com/watch?v=yCVHtJ6yJxo

Carga SpaceX

El ejército de Estados Unidos ya firmó un acuerdo con SpaceX para explorar el uso de aviones cohete para transportar equipos por todo el mundo en una fracción del tiempo que lleva hoy. El objetivo es mostrar la viabilidad de transportar una carga útil C-17 a cualquier parte del mundo en menos de una hora», un C-17 puede transportar un tanque de batalla principal de 70 toneladas. Starship fue diseñado desde el principio para poder transportar más de 100 toneladas de carga a Marte y la Luna. La versión de carga también se puede utilizar para el transporte terrestre rápido de punto a punto. Se encuentran disponibles varias configuraciones de bahías de carga útil que permiten el despliegue completamente autónomo de la carga en superficies terrestres, lunares o marcianas. El mercado de carga aérea es enorme y está creciendo se espera que tenga un valor de $184 mil millones de dólares para 2025.

Puertos espaciales.

Actualmente hay 22 puertos espaciales en el mundo y hay docenas más en camino. El Reino Unido tendrá al menos tres y Japón acaba de aprobar un puerto espacial para Virgin Galactic. India está construyendo un segundo en el sur del país e Indonesia está construyendo uno frente a la costa de Nueva Guinea. Nueva Zelanda, Kenia, las islas Azores y Brasil tienen sitios planeados o en uso. SpaceX está planeando puertos espaciales flotantes que se conectarán a la costa mediante hiperloops. Todos estos puertos espaciales tienen una cosa en común: servir a la explosiva economía espacial. Ya sea turismo en órbita, transporte de carga a las nuevas estaciones espaciales que se están construyendo o enviando miles de satélites más, nuestro futuro en el espacio promete ser increíblemente lucrativo.

Made in Space.

En algún momento de la década, tendremos fábricas en el espacio, donde los entornos de microgravedad pueden ser extremadamente beneficiosos para la fabricación. La empresa Made in Space, por ejemplo, pronto enviará la primera fábrica de cerámica a la estación ISS. https://madeinspace.us/ Este proyecto contiene un listado de empresas que planean utilizar el espacio para crear nuevos productos. Estos incluyen las cosas de muy alta tecnología que espera hacer en el espacio como proteínas complejas y fibra óptica, pero también cosas como nuevos tipos de cerveza y café tostado.

https://www.youtube.com/watch?v=ZyT2X8u67ro
https://www.youtube.com/watch?v=QHgY9V4uicw&feature=emb_title

Un extenso informe de UBS encontró que, en una década, los viajes de alta velocidad a través del espacio exterior representarán un mercado anual de al menos $20 mil millones de dólares y competirán con los vuelos de aerolíneas de larga distancia. El turismo espacial será un mercado de  3 mil millones de dólares para 2030, estima UBS.

«Si bien el turismo espacial está todavía en una fase incipiente, creemos que a medida que la tecnología se pruebe y el costo disminuya debido a la tecnología y la competencia, el turismo espacial se volverá más común», escribieron los analistas de UBS Jarrod Castle y Myles Walton en la nota. “El turismo espacial podría ser el trampolín para el desarrollo de viajes de larga distancia en la Tierra con servicios espaciales».

La gran conclusión

Si bien para muchas aerolíneas la supervivencia a corto plazo es el único elemento de la agenda, los actores más fuertes ya están planificando las fases de reinicio y recuperación que se avecinan no solo en los siguientes años sino en las próximas décadas. Este momento de crisis es ya un momento decisivo para la transformación en el pensamiento de diseño, innovación, tecnología y sustentabilidad en una industria que históricamente ha estado rezagada y sufre de analfabetismo creativo total. Después de COVID-19, veremos surgir nuevos líderes, nuevas aerolíneas provenientes del sector tecnológico, porque tomaron medidas para mejorar las capacidades, algunos incluso sin saberlo, antes que el resto.

Daremos paso a un concepto llamado “Movilidad como Servicio”, que proporcionará servicios de transporte bajo demanda en un sistema interconectado en el que los vehículos están conectados a una plataforma, ofreciendo incluso la posibilidad de ser compartidos entre usuarios. Con esta plataforma se pueden evitar problemas diarios como el estacionamiento y la espera de transporte público, pues los usuarios pueden usar automóviles, bicicletas y patinetes y dejarlos según sus necesidades, una movilidad urbana intermodal.

Por ejemplo, Hyundai Motor presentó en 2020 un modelo en miniatura de un Ecosistema de movilidad inteligente Urban Mobility (UAM), Purpose Built Vehicles (PBV) y Hub (Mobility Transit Base) como parte de un dinámico paisaje urbano futuro centrado en el ser humano. Lo que busca la compañía es mostrar la visión sobre movilidad futura, ya que aspira a convertirse en un proveedor de soluciones de movilidad inteligente.

Por otro lado Embraer Pulse Concept Car, presentó un modelo que despega verticalmente, una nueva declaración para el futuro de la movilidad. lo que lo hace único es su capacidad para conducir por el suelo antes de despegar. Este automóvil + avión celebra el 50 aniversario de la marca de aviación y, al mismo tiempo, representa su sueño para las próximas cinco décadas. La cápsula en sí ha sido diseñada para ofrecer una atmósfera de salón de lujo para que puedas relajarte y viajen. Toda la cápsula está hecha de vidrio y una aleación de metal transparente, que se dobla como superficies de comunicación donde las personas pueden interactuar con gráficos e instrucciones y entretenimiento.

La mala noticia, es que casi todas las innovaciones y miradas al futuro de la industria de aviación, no provienen de la industria actual de aviación. Y eso, dice mucho sobre el futuro de la misma. Si tu trabajas en la industria y necesitas hacer un rediseño te recomendamos cinco artículos inmediatos para ti:

https://093.5ee.mwp.accessdomain.com/2021/01/como-airbnb-sobrevivio-a-la-pandemia/

https://093.5ee.mwp.accessdomain.com/2021/01/human-centered-design/

https://093.5ee.mwp.accessdomain.com/2021/01/well-being-economy-economia-del-bienestar/

https://093.5ee.mwp.accessdomain.com/2020/01/la-innovacion-y-el-juego-infinito/

https://093.5ee.mwp.accessdomain.com/2021/01/el-conflicto-eterno-de-la-innovacion/

Finalmente, hemos diseñado este modelo, el ecosistema de movilidad humana, que ejemplifica exactamente a qué nos referimos cuando estamos hablando de un «ecosistema de movilidad» humano. Un concepto similar, fue el que lanzó Bridgestone en el CES del 2021, donde presentó sus soluciones de movilidad en un concepto de ciudad virtual del futuro el cual permite a los usuarios visitar entornos urbanos, suburbanos, industriales y de transporte en una ciudad del futuro, así como explorar cómo los productos conectados y los servicios basados en los datos que ofrece la compañía permitirán solucionar problemas, mejorar la experiencia de movilidad del consumidor y aportar mayor valor para el cliente y para la sociedad.:

https://www.youtube.com/watch?v=wZ24tIHW9A8

Jon Black
Jon Black
CEO de Blackbot. Egresado de las licenciaturas de Comunicación y Mercadotecnia. 20 años de experiencia como consultor en diseño estratégico, innovación y negocios. +15 años de experiencia impartiendo clases, sesiones, talleres, dentro y fuera del país alrededor de los temas: negocios, innovación, tecnología, creatividad y transformación digital.

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