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Innovation of Meaning 

Conocí el trabajo de Jürgen Salenbacher gracias al libro «Creative Personal Branding» pero en este nuevo libro explora su deseo personal de diseñar una nueva cultura para los equipos, las organizaciones y la sociedad. Aborda preguntas críticas que tienen como objetivo aumentar la autoconciencia de una persona y ofrecer una guía práctica para trabajar hacia una nueva cultura de equipos y organizaciones.

Reflexiona sobre cómo las anomalías económicas, sociales y organizativas y la visión del mundo mental mecanicista tradicional se combinaron con el auge de los algoritmos y la tecnología. Explica la importancia de una nueva cultura, como el puente esencial entre la estrategia y la implementación en cualquier red biológica interdependiente hacia una sociedad globalmente conectada. Analiza el concepto de ‘juego óptimo’ y lo describe como un viaje espiritual hacia el aprendizaje y la enculturación para cualquier equipo u organización. Además, analiza cómo la descentralización permite relaciones equitativas entre pares y cómo la facilitación acompaña a las colaboraciones, tanto intelectual como emocionalmente, lo que permite que el individuo contribuya genuinamente a una forma sostenible de vivir y trabajar. En esta edición de Bookshake, les compartimos la reseña del libro «Innovation of Meaning» de Jürgen Salenbacher.

El libro inicia con una provocación. Te pregunta directamente ¿qué hay en tu mente? Piénsalo profundamente por unos segundos… ¿qué hay en tu mente? Los humanos tenemos un promedio de 60,000 pensamientos al día, pero los que estamos metidos en temas de creatividad, diseño, educación, innovación y futuros; el rango se puede ir a 100,000 pensamientos diarios. ¿Qué estamos haciendo con ellos? ¿Cuántas de esas ideas geniales dejamos escapar? ¿Cuántos pensamientos son solo ruido? ¿Cuántas provienen de la “mente del mono”? Esa mente que los budistas identifican como impaciente, confundida, indecisa y sin paz.

Jürgen a lo largo del libro busca inspirarte para conectar, colaborar y contribuir. Y uno de los primeros temas a identificar, es que vivimos bajo el dominio algoritmo de la realidad. Las redes sociales que usamos y el Internet por completo, ahora mismo operan bajo el modelo de economía de atención, por lo que los algoritmos se han convertido en “escorts” que modelan nuestros comportamientos, pensamientos, deseos, creencias, ideas e incluso, comienzan a diseñar nuestras vidas. Es como la cueva de Platón, pero ahora se ha convertido en las pantallas de nuestras computadoras o teléfono móviles. Para Jürgen es necesario un nuevo orden de “humanidad” que equilibre y maximice nuestro valor como sociedad.

Ve a los nómadas digitales como los iniciadores de un movimiento de profesionistas altamente especializados, que usan su conocimiento y las herramientas digitales para colaborar y compartir valor en donde quiera que se encuentren. Este nuevo paradigma nos obliga a pensar en el futuro de las ciudades, en el diseño de nuestros gobiernos, las nuevas políticas, reglas y regulaciones que tendremos si esta práctica se masifica con el tiempo.

Para el economista francés, Thomas Piketty, en su libro Capital in the Twenty First Century, argumenta que el capitalismo está provocando una nuevo enojo y en consecuencia, un deseo común de reducir el poder del capital. Ante ello Jürgen argumenta que necesitamos regresar a la convicción que, invirtiendo en educación, conocimiento y creatividad humana, nos puede llevar a un estado de salud humana y no, el foco en la religión, el dinero, posesiones y con ello desigualdad. Estamos obsesionados por la búsqueda de la “híper eficiencia”, la híper productividad y no en el significado de la humanidad. De hecho la máxima económica de que cualquier “negocio” (business) está en la búsqueda de la híper eficiencia, nos ha llevado a un escenario combinado de growth hacking (crecimiento hackeable) y cheap outsourcing (subcontratación barata). Es así que, compañías de nueva generación como Uber, nacen en un contexto en donde al tener la tracción de millones de usuarios y con ello, las inversiones de capital, los obligan a poner su foco en “dominar” en lugar de sostener lo verdaderamente valioso.

Hemos perdido una oportunidad significativa: el valor público. El valor público refiere a cómo las organizaciones contribuyen a la sociedad para regresar al balance. Compañías que entienden que los recursos naturales materiales son finitos y cambian su postura de modelo mecánico lineal de explotación, a uno de sistema vivo. Para Jürgen, necesitamos cambiar el “quiénes somos”, qué hacemos y por qué nos importan esos nuevos escenarios, que nos convertirán en algo distinto en los siguientes 10 años.

Para Jürgen, no hemos comprendido el poder la innovación. Casi siempre el objetivo es nuevamente potenciar la “eficiencia” en rara vez sobre el “significado”. Jürgen menciona que no es sobre pixeles, prototipos fancy o nuevas interfases de usuario en web o apps móviles, para él eso es solo entretenimiento. Estamos en medio de la búsqueda de la híper eficiencia en una economía global de datos, compitiendo por la atención de nuestros ojos con un considerable riesgo de terminar en lágrimas. En síntesis: estamos pagando un precio alto por nuestra obsesión de la eficiencia, la cual ha creado economías frágiles, monocultura y sociedades globales. Jürgen pone un modelo en la mesa, el modelo de Kate Raworth llamado “Doughnut Economics” de 2017, en el cual visualizó la “dona” de los límites sociales y planetarios.

Otra lectura importante para Jürgen, fue la carta de Larry Fink, CEO de BlackRock, escrita en 2018 y que declara que, para prosperar a lo largo del tiempo, cada compañía no solo debe entregar resultados financieros, sino que también, buscar la forma de entregar resultados positivos de contribución a la sociedad. Es decir, necesitamos un nuevo propósito en el pensamiento corporativo, especialmente en la educación de negocios. La ley de Pareto no puede ser más nuestra norma del futuro. Es decir, las compañías e inversionistas, están lentamente dándose cuenta de que los riesgos ambientales y biológicos tienen impacto directo en sus operaciones.

Coincido con Jürgen. Es urgente un cambio en el propósito corporativo a través de educación, nuevas políticas y un nuevo entendimiento de la vida humana en co-creación con el mundo vivo. Debemos detener nuestro pensamiento de fabricadores, manufacturadores (con mano de obra barata, calificada y reemplazable), para comenzar a diseñar otro modelo que privilegia a los creadores, a los pensadores en un mundo en equilibrio centrado en “la vida”. Y como dice el autor: necesitamos nuevas formas para conectar, colaborar y contribuir. Es decir, estamos en un momento “Kairos” (un momento de oportunidad en la curva de aprendizaje) que nos permita decidir nuestro futuro.

Desde mi punto personal, necesitamos un cambio cultural. Un nuevo entendimiento de nuestro valor como humanidad en esta nave llamada Planeta Tierra. Eso involucrará que seamos valientes para atravesar un cambio de modelo en donde necesitamos nuevo conocimiento, nuevos métodos, nuevos medios, nuevos lenguajes y por lo tanto, una nueva forma de pensar y actuar. Algo que Jürgen insiste de forma clara: necesitamos una cultura común de conexión, colaboración y contribución.

Para Jürgen, innovación significa, empujar nuestra sociedad a un contexto menos competitivo y más evolucionado sentido del “ser”, con menos foco en la eficiencia, pero más en la sustentabilidad y espiritualidad. No hay un propósito fijo. Es una exploración constante. Una jornada de búsqueda, experimentación, exploración y conocimiento de ese propósito. Para Jürgen el propósito es una montaña, pero el “significado” es una catarata. Esto incrementará la responsabilidad de las corporaciones a moverse de un capitalismo de libre mercado, a una de capitalismo inclusivo, cambiando hacia una gobernanza basada en la comunidad y cambiando el “profit” como un objetivo, no como un propósito. Es ahí, en ese contexto, en donde el “valor público” se convierte en la entrega más importante de las instituciones.

Para Jürgen, es importante considerar al “animismo” , esa creencia religiosa que atribuye a todos los seres, criaturas, objetos y fenómenos de la naturaleza un alma o principio vital. Y coincido con él; si queremos trascender como especie, debemos de pensar en “Diseño Centrado en el Humano” a un “Diseño Centrado en la Vida”, que nos permita entender las interacciones de nuestras creaciones humanas poniendo el valor de la vida por encima de todo. Ese creo es el potencial humano.

Por lo tanto, necesitamos un nuevo tipo de liderazgo. Para Jürgen, el liderazgo creativo va más allá de lo que entendemos como liderazgo hoy. Habla de una conciencia desde el techo ambiental, la importancia de la contribución de la organización en valor público a la sociedad, así como saber que las necesidades humanas emocionales, también deberían ser incluso en el crecimiento, evolución y maduración de la compañía misma. El liderazgo creativo reconoce que la sustancia, nuestra sabiduría, conocimiento y experiencia es esencial para desarrollar el potencial humano.

Jürgen ve una nueva cultura organizacional que se ha movido de la mecánica funcional del mundo, a una teoría sistémica de organización en constante aprendizaje. Nuestro objetivo es evolucionar todo tipo de organizaciones en cultura de conexión, colaboración y contribución. Una en donde las organizaciones ofrecen a sus colaboradores, ventanas de reflexión personal, promueven la práctica de la amabilidad y la auto compasión, el crecimiento continua y conciencia de sí mismo.

La cultura es el puente entre la estrategia y la implementación. Cultura no es lo que decimos que somos, es lo que hacemos y por qué lo hacemos. La comunicación no es sobre volumen o frecuencia, sino sobre relevancia.

La responsabilidad de nuestra alma es la auto-preservación, y la de nuestra mente es el reconocimiento del hecho que nuestra salud emocional, mental y física, es nuestro principal activo. El impacto de entender nuestro yo interno, nuestros modelos mentales y nuestro punto de vista del mundo, es inmenso. El propósito nos da claridad, la claridad nos da una misión. Nos da la oportunidad de alinear nuestros procesos de toma de decisiones alineado a nuestro propósito. Podemos conectar y jugar más fácilmente, si compartimos un mejor entendimiento de quiénes somos, qué hacemos y por qué es importante para nosotros.

Si elegimos reformular nuestro entendimiento de “colaboración” y finalmente cambiamos las organizaciones de la metáfora de ser una “máquina” hacia un “sistema vivo”, entonces podremos rediseñar nuestro significado poniendo foco en el conocimiento continuo, creando redes auto generativas y entendiendo el redentor poder de la creatividad. Eso nos permitirá abrazar y lidiar con las complejidades de los ambientes de negocios actuales. Eso implicará cambiar de ser “máquinas de control y eficiencia” a un entendimiento de “ecosistemas regenerativos y autónomos”, por lo tanto, maximiza nuestro potencial creativo y aprendizaje para crear valor público al mismo tiempo de que somos sustentables.

Para Jürgen, la evolución social del capitalismo organizacional y el comportamiento, como lo conocemos, se moverá a un elegante e inclusivo y sustentable tecno-liberalismo, en donde progreso significa “valor público por encima de solo profit”.

Jürgen piensa que hemos sido triviales cuando nos enfocamos en la “diferenciación” en lugar del “significado”. Dentro de una organización viva, necesitas clarificar la dirección, la alineación y el compromiso. Lo cierto es que la mayoría de las compañías operan con ideas, modelos, fórmulas y pensamiento del management de hace 250 años. Y esas ideas, modelos, fórmulas y pensamiento no hacen sentido con la actualidad en donde el pensamiento sistémico, la neurociencia y la compleja teoría adaptativa colisiona con la economía de comportamiento social.

Es aquí cuando Jürgen propone un concepto fascinante: la enculturación. Enculturación significa aprender a través de un proceso cultural que experimentamos y conectamos como humanos en una mezcla entre intelectualidad y emocionalidad. Pero necesitamos un punto de partida, una “Question Zero”, un concepto establecido por Herman Leonard, que pregunta ¿qué exactamente es lo que estamos tratando de lograr? La respuesta construye el foco principal de nuestra jornada revolucionaria.

Resiliencia es nuestra capacidad para manejar la presión. La voluntad es la capacidad de implementar ideas con excelencia en la ejecución.

Autores como Adam Smith, escribieron hace más de 250 años una teoría sobre la división de la mano de obra que estaba totalmente ligada a la Revolución Industrial. La filosofía era una: productividad y eficiencia de una línea de producción en serie de fábrica. Pero hoy estamos en un debate de distribución del control y poder. Es un nuevo management en donde concepto como la descentralización y distribución comienzan a ser mucho más relevantes que la centralización. La idea es incrementar la agilidad, la eficiencia, transparencia, innovación y responsabilidad en un contexto de autoridad distribuida, lo cual está re-definiendo el concepto de “nuevo trabajo”.

Jürgen propone el concepto de MVE (Minimum Viable Ecosystem), el cual es una red compleja de recursos y relaciones como los modelos biológicos. Un ecosistema bien organizado que comparte talento a una estructura formal o confianza para crear nuevo conocimiento. En lugar de diseña para un consumidor específico, estás diseñando una red de valor con muchos jugadores de los cuales algunos de ellos son consumidores. Por ejemplo ¿qué pasaría si Uber en lugar de diseñar su negocio solo para ellos, realmente diseñarán para todo el ecosistema, considerando a todos los actores como choferes, repartidores, etc? Definitivamente la propuesta de valor de Uber sería superior.

Jürgen hace una poderosa crítica al pensamiento exponencial y hace una pregunta: ¿Qué harán las organizaciones que tienen un pensamiento exponencial de crecimiento, cuando se den cuenta que vienen en un mundo con recursos finos? Me encanta la provocación. Y la respuesta es: comenzar a explorar o repensar todos los modelos lineales a modelos circulares. Debemos dejar de pensar en modelos: organización – consumidor – proveedor, parar pasar a un modelo de relación organización – colaborador – red de valor. Para Jürgen, el siglo XXI nos llevará a una economía más sustentable que nos permita regenerar el medio ambiente, moviéndonos de economía líneas a una circular.

En la página 121 Jürgen comparte una frase disruptiva: el negocio de los negocios… es aprender. Los negocios el día de hoy no solo trata de optimizar y reinventar productos o servicios, focalizándose en diferenciación trivial y greenwahing. Aprendizaje y administración de conocimiento son críticos para la construcción de las bases de la organización, además de entender profundamente el propósito de la compañía, permitir al talento tomar mejores decisiones y mejorar la comunicación y relación. Jürgen lo llama “social-emotional learning”.

En un mundo de percepción, los humanos sentimos la diferencia entre qué son las cosas y cómo son presentadas. Tristemente, no siempre confiamos en nuestra intuición, somos usualmente seducidos por la superficialidad.

Para Jürgen, el “tecno-liberalismo” puede ser la última revolución cultura con la híper eficiencia de la Inteligencia Artificial y el internet de las cosas. Ya no conduciremos, ya no trabajaremos, ya no llenaremos el refrigerador gracias a los algoritmos. Sin embargo, eso puede conducir a un neo-liberalismo que podría llevarnos a una destrucción ecológica que detonará una divergencia biológica en donde nos podríamos transformar en androides, esa fusión de humanos y máquinas, que Descartes en su momento había advertido del concepto de humanos como máquinas divinas.

Jürgen cierra las últimas páginas del libro recalcando la necesidad de un nuevo ecosistema que favorezca la colaboración sobre la competencia. Un contexto en donde la espiritualidad y la naturaleza catapulten a la humanidad hacia un futuro brillante, en donde somos conscientes de nuestra interdependencia global basada en sistema basado en la vida, como una red de relaciones con recursos finitos. Esto creará una cultura con énfasis en la complexidad, las redes y los patrones de organizaciones; una cultura donde la diversidad, las personas conscientes exploran y aprenden juntos.

Habla también de una economía lenta en donde “disfrutar” es parte de una postura de integridad en lugar de explotación. Una cultura en donde la conexión, la colaboración y la contribución se logra con amor, gratitud, dignidad y valor.

Jürgen habla del pensamiento mágico, basado en la creencia de que algunas ideas, creencias, pensamientos, acciones, palabras o el uso de símbolos, pueden influenciar el curso de los eventos en este mundo material. Un link causal entre experiencias personales profundas y el mundo físico. Necesitamos personas que desarrollen comunidades y proyectos basados en una nueva cultural del amor, la comunicación y la contribución. Para Jürgen, es la única forma de seguir adelante.

Jon Black
Jon Black
CEO de Blackbot. Egresado de las licenciaturas de Comunicación y Mercadotecnia. 20 años de experiencia como consultor en diseño estratégico, innovación y negocios. +15 años de experiencia impartiendo clases, sesiones, talleres, dentro y fuera del país alrededor de los temas: negocios, innovación, tecnología, creatividad y transformación digital.

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