Tipología de futuros
Los Estudios de Futuros, entre otras cosas, buscan estructurar y comprender las múltiples posibilidades que se despliegan ante la humanidad. Una de las herramientas conceptuales más influyentes en esta disciplina es el Futures Cone (Cono de Futuros), un modelo visual que organiza las categorías de futuros según su grado de posibilidad, plausibilidad, probabilidad y deseabilidad.
Origen y evolución del Futures Cone
El concepto de representar los futuros como un diagrama de «cono» tiene sus raíces en diversas aportaciones. Henchey (1978) estableció una taxonomía inicial de futuros, organizándolos en cuatro categorías principales: posibles, plausibles, probables y preferibles. Este marco conceptual sirvió como base para futuros desarrollos.
Charles Taylor (1990) desarrolló un «cono de plausibilidad», un modelo gráfico que representaba una gama de futuros plausibles dentro de un marco temporal explícito. Además, introdujo la idea de un «cono de retorno» que extendía la plausibilidad hacia el pasado, incorporando así una dimensión histórica. También incluyó la noción de wildcards o comodines, aunque no representó explícitamente todas las categorías propuestas por Henchey.
Posteriormente, Hancock y Bezold (1994) adaptaron el modelo de Henchey en un diagrama visual que facilitaba la representación gráfica de futuros alternativos. Este trabajo popularizó el concepto del Futures Cone como una herramienta analítica en la planificación estratégica.
Finalmente, Joseph Voros (2017) amplió significativamente esta taxonomía, añadiendo nuevas categorías como los futuros «preposterous» (absurdos) y profundizando en la noción de wildcards. Su modelo también enfatiza la importancia de los futuros potenciales como un conjunto que incluye todo lo imaginable y lo inimaginable, expandiendo el alcance del Futures Cone.

El Futures Cone no pretende ser una categorización rígida, sino un marco de conjuntos anidados que organiza los futuros desde los más amplios y potenciales hasta los más específicos y proyectados. La metáfora del cono, según Voros, puede compararse con el haz de luz de un faro o un foco de automóvil: el centro es brillante y definido, mientras que los bordes se difuminan en la oscuridad, representando lo desconocido. Esta metáfora enfatiza que el hecho de que no podamos imaginar un futuro no significa que no pueda suceder.
Categorías y clases de futuros
El Futures Cone incluye las siguientes categorías principales, organizadas de lo más amplio a lo más específico:
- Futuros Potenciales. Todo lo que podría ocurrir, incluyendo aquellos que ni siquiera podemos concebir. Estos futuros se encuentran más allá de lo imaginable y representan el rango más amplio de posibilidades.
- Futuros Imposibles o «Preposterous». Introducidos por Voros (2017), estos futuros son considerados ridículos o inverosímiles, pero necesarios para desafiar las suposiciones predominantes. Según una de las leyes de Dator (2005), “cualquier idea útil sobre el futuro debería parecer ridícula al principio”.
- Futuros Posibles. Incluyen aquellos que podrían suceder si se adquieren conocimientos o tecnologías actualmente desconocidos.
- Futuros Plausibles. Basados en el conocimiento actual, estos futuros «podrían» ocurrir dentro de las leyes físicas y sociales que conocemos. Taylor (1990) fue uno de los primeros en formalizar esta categoría como parte del «cono de plausibilidad».
- Futuros Probables. Derivados de tendencias actuales y análisis cuantitativos, estos futuros representan lo que es más probable que ocurra según los datos disponibles.
- El futuro «proyectado». Extrapolaciones lineales de las dinámicas actuales, que configuran un único futuro «por defecto». Este futuro puede variar dependiendo de quién lo proyecte, pero sigue siendo una categoría estrecha y específica.
- Futuros Preferidos. Representan lo que «debería» suceder según los valores y aspiraciones de las personas. Esta categoría puede incluir cualquier otra, desde lo absurdo hasta lo proyectado, ya que está influenciada por juicios normativos.
- Wildcards (Comodines). Eventos improbables pero de alto impacto. Según Petersen (1997, 1999), los wildcards pueden surgir en cualquier categoría y desafían nuestra capacidad para anticiparlos.
Voros subraya que las categorías del Futures Cone no son compartimentos separados, cada futuro es un futuro potencial, y los imaginables (es decir, dentro del cono) abarcan un rango desde lo absurdo hasta lo proyectado. La transición entre estas categorías refleja la apertura del pensamiento prospectivo y la importancia de cuestionar las suposiciones lineales. Por ejemplo, un evento como el alunizaje del Apolo XI evolucionó de ser considerado «imposible» a «proyectado» y, finalmente, parte del pasado.
El Futures Cone es particularmente útil en la fase de prospección del Proceso Genérico de Prospectiva (Voros, 2003). Presentar las categorías en orden inverso, desde lo proyectado hasta lo absurdo, permite a los futuristas y tomadores de decisiones explorar la gama completa de posibilidades. Preguntas como «¿qué cosas absurdamente imposibles podrían suceder?» fomentan un pensamiento creativo y disruptivo, esencial para enfrentar un entorno global dinámico.
Además, este marco ayuda a superar el sesgo del «intuitivo lineal», descrito por Kurzweil (2001) como la tendencia humana a asumir que el cambio ocurre de forma gradual y predecible. Este sesgo limita la capacidad de imaginar cambios exponenciales, fractales o caóticos, que son comunes en sistemas complejos. La integración de wildcards y futuros potenciales permite a las personas considerar escenarios de transformación radical, como transiciones de fase en sistemas sociales y tecnológicos.
En síntesis, la tipología de futuros representada en el Futures Cone ofrece un marco flexible y enriquecedor para la exploración del futuro. Desde los conceptos iniciales de Taylor y Henchey hasta las expansiones de Voros, este modelo no solo categoriza posibilidades, sino que también desafía los límites de nuestra imaginación estratégica. Al adoptar una perspectiva amplia e inclusiva, los Estudios de Futuros pueden abordar la incertidumbre con mayor rigor y creatividad.
Referencias
- Amara, R. (1974). The futures field: Functions, forms, and critical issues. Futures, 6(4), 289-301. https://doi.org/10.1016/0016-3287(74)90072-X
- Henchey, N. (1978). Making sense of futures studies. Alternatives, 7(2), 24-28.
- Kurzweil, Ray. (2001). “Promise and peril – The deeply intertwined poles of 21st century technology,”Communications of the ACM, 44, 3 (March):88–91. https://cacmb4.acm.org/magazines/2001/3/7433-promise-and-perilthe-deeply-intertwined-poles-of-21st-century-technology/fulltext
- Petersen, J. L. (1997). The wild cards in our future: Preparing for the improbable. The Futurist, 31(4), 43-47.
- Taylor, C. W. (1990). Creating strategic visions. Strategic Studies Institute, US Army War College.
- Voros, J. (2017). Big History and anticipation: Using Big History as a framework for global foresight. En R. Poli (Ed.), Handbook of anticipation: Theoretical and applied aspects of the use of future in decision making. Springer International. https://doi.org/10.1007/978-3-319-31737-3_95-1